también hay una niña que mira, observa y se apaga.
está tan cansada de jugar con los de siempre.
¿dónde están los que faltan? los que tienen mil razones más.
nosotros ya estábamos despiertos antes de esto.
Si. me dirás… estábamos, pero solos. Y sí, la agenda setting.
Pero y qué. al final se irán, porque están hartos de perder. o no.
ciento setenta y cinco
Miro atrás, a mi espalda.
Miro, al punto mas huidizo.
Ahí donde no puedo mirar ni con un juego de espejos, miro.
Y en ese ahí, sentados, pacientes, con una sonrisa, bueno, con muchas, porque son varios, están ellos.
Y observan, esperan pacientes, mantienen mi calma por si un día caígo.
Tienen una caja llena de tiritas y un diccionario lleno de palabras.
En susurros me dicen lo que te propongas. Y si no… te cogemos y vuelves a saltar.
En sururros me dicen su frase favorita -tu vales, mucho- y creo que lo creen hasta la médula.
Gracias a ellos yo soy, y soy yo.
ciento setenta y tres
En aquella otra juventud en la que sentía con la piel y amaba sin razón ni corazón.
ciento sesenta y cuatro
ciento sesenta y tres
habia una vez un hombre muy grande muy grande muy grande que se comio un caracol, por supuesto el caracol estaba muerto.
uno
se quitó los zapatos y admiró sus piesitos.
estaba aburrida, qué mejor que enamorarse.